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RSE y propósito: convertirse en una empresa con misión

RSE y propósito: convertirse en una empresa con misión
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La responsabilidad social de las empresas (RSE) suscita la cuestión general de la capacidad que tienen las empresas para actuar en favor del bien común. Tanto en Europa como en Estados Unidos, varias de ellas desempeñan hoy en día una misión de interés público. El impulso de los resultados económicos se convierte así en el aliado para cumplir este cometido. Algunos países, como Francia, han creado incluso un marco regulador.

En los últimos años, el concepto de «empresa con misión» ha ido ganando terreno en el ámbito económico. Conocidas en Estados Unidos con el nombre de «B Corp» –Benefit Corporation o empresas B-, como Patagonia, que se compromete a fabricar y distribuir su ropa según normas medioambientales específicas, también están presentes en Italia, bajo el término Società Benefit, o en Gran Bretaña a través de las Community Interest Companies.

Empresas con misión: el ejemplo de las empresas en Europa

En Francia, la categoría de «entreprise à mission» («empresa con misión») existe desde 2019. Está definida en la ley relativa al crecimiento y la transformación de las empresas, conocida como ley PACTE. Esta nueva normativa pretende crear un marco jurídico para los compromisos de las empresas en materia de RSE. El objetivo es formalizar mejor el vínculo entre el imperativo económico y el rendimiento de la empresa, lo que lleva a tener en cuenta su impacto social y medioambiental. Esto anima a las empresas a definir su propósito, al que pueden sumarse uno o más objetivos sociales y medioambientales que la empresa en cuestión se compromete a perseguir como parte de sus actividades comerciales. El objetivo de la empresa reside en conciliar la búsqueda de resultados económicos con la contribución al interés general. Este sistema ofrece varias ventajas, como:

  • La oportunidad de dar un significado adicional a las actividades de la empresa y de unir a todas las partes interesadas en torno a la «misión» que la empresa se ha fijado.
  • La posibilidad de que la empresa se proteja contra adquisiciones hostiles, cuyo propósito sería contrario a esta misión.
  • El fortalecimiento de la imagen de marca de la empresa y de la marca del empleador.

Si lo desean, todas las empresas pueden adoptar una misión, sin tener que cambiar su forma jurídica. Sin embargo, deben incluir los siguientes elementos en sus estatutos:

  • Su propósito;
  • Los objetivos sociales y medioambientales que se proponen lograr en el marco de sus actividades;
  • Los procedimientos para monitorizar la ejecución de estas misiones, en particular, en forma de comité de misiones.

Para que una empresa sea reconocida como empresa con misión debe reunir estos tres elementos. Por lo tanto, no basta con definir un propósito; es solo el primer paso para convertirse en una empresa con misión.

Algunos ejemplos de empresas con misión

Una de las primeras en adoptar el estatus de «empresa con misión», la compañía de seguros MAIF, define su propósito de la siguiente manera: «Convencidos de que solo una sincera consideración por los demás y por el mundo puede garantizar un verdadero bien común, nosotros, MAIF, situamos esta preocupación en el centro de cada uno de nuestros compromisos y de cada una de nuestras acciones». Para ello, la empresa se esfuerza por estructurar su gestión y las relaciones con sus asegurados en torno a esta exigencia.

Por su parte, la empresa de venta por correspondencia CAMIF se fijó como misión «ofrecer productos y servicios para el hogar, diseñados para beneficiar a las personas y al planeta. Movilizar nuestro ecosistema, colaborando y actuando para inventar nuevos modelos de consumo, producción y organización». CAMIF afirma su voluntad de no limitarse a apoyar los cambios de la sociedad, sino de iniciarlos, posicionándose como impulsora del cambio en los modelos de producción y consumo. Otros ejemplos son la empresa de educación en línea OpenClassRooms, cuya misión es «lograr que la educación sea accesible en todas partes, para todo el mundo», y el grupo alimentario Danone, cuya misión es «llevar la salud a través de los alimentos al mayor número de personas posible».

El interés financiero del propósito

En enero de 2021, un total de 88 empresas francesas tenían el estatus de empresa con misión. Estas empresas ilustran una dinámica indudablemente exponencial, ya que un año antes solo había 65. Cabe decir que el propósito de una empresa se está convirtiendo en una herramienta de evaluación cada vez más popular para los inversores. De hecho, ofrece una visibilidad adicional, ya que la estrategia que pretende aplicar para alcanzar sus objetivos es más fácilmente predecible. En este sentido, es concebible que la relevancia de este propósito sea tan examinada por los inversores internacionales en el futuro como el informe anual que resume la situación económica y financiera de las empresas. Así pues, la mayoría de las multinacionales francesas del índice bursátil CAC 40 se han dotado de un propósito desde la promulgación de la ley PACTE. Y es probable que el concepto de empresa con misión siga creciendo a nivel internacional.

Misión e inversiones internacionales

En cualquier caso, este es el deseo de BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo. Tras pedir en 2018 a las empresas que trabajasen por el bien común, en 2019, BlackRock ha instado a las empresas a definir su «propósito». En su carta anual, Larry Fink, consejero delegado del famoso fondo de inversión, afirma que «el propósito es, por supuesto, más que un eslogan o una campaña de marketing, es lo que una empresa hace cada día para crear valor para todas sus partes interesadas».

El enfoque es, por tanto, pragmático. Para el consejero delegado de BlackRock, las empresas ya no tienen elección, porque «es fundamental que las empresas que deseen atraer y retener a los mejores talentos articulen claramente su propósito, ya que los millennials ocuparán cada vez más puestos de responsabilidad en las empresas. El 63% de los millennials cree que el objetivo principal de las empresas debe ser mejorar la sociedad y no la generación de beneficios […]. En los próximos años, las creencias de estas generaciones influirán no solo en sus decisiones como empleados, sino también como inversores». Según Larry Fink, las B Corp americanas, las Società Benefit italianas, las Community Interest Companies británicas y las Sociétés à Mission francesas tienen todavía un brillante futuro por delante.

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