Podemos estar seguros de que la tecnología ha llegado a los espacios del taller para mejorar la comodidad de los operadores y aumentar la productividad.
A primera vista, podríamos decir que el mobiliario de los talleres no ha cambiado mucho desde la invención del armario metálico durante el período de la revolución industrial, especialmente en lo que se refiere a sus propiedades ignífugas. En realidad, el sector se encuentra siempre en constante innovación, para beneficio de las empresas y, sobre todo, de los operadores. Descubra algunos de los inventos que ya se encuentran o llegarán pronto a los talleres.
Tras haberse generalizado ya en los armarios, el control de acceso digital se extenderá – o mejor dicho, se trasladará – a los cajones o incluso a las divisiones integradas en los cajones. El objetivo es limitar el acceso a piezas u objetos de alto valor o cuyo manejo está sujeto al cumplimiento de alguna normativa, por ejemplo. La apertura se puede realizar mediante un código, una credencial, un teléfono y, en breve, a través de elementos biométricos (huellas dactilares, reconocimiento facial, voz, etc.), sin contar, por supuesto, con la posibilidad de establecer horarios o eventos específicos.
La introducción de sensores directamente en el mobiliario o en sus accesorios ofrece interesantes perspectivas en cuestión de ergonomía y lean management:
Utilizados ya en la industria nuclear, estos armarios «inteligentes» solo permiten el acceso a las herramientas necesarias para las actividades programadas y al técnico autorizado. El sistema se basa en la integración de etiquetas RFID en cada herramienta, lo que además permite la geolocalización de estas dentro de la empresa. El inventario del armario es ahora instantáneo.
Al ser un pilar del método 5S, el proverbio «Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar» a menudo se pone en práctica mediante la introducción de espumas moldeadas en los cajones. Hasta hace poco, los módulos de espuma se adaptaban a las herramientas utilizando cuchillas de corte específicas. Gracias a la tecnología digital, basta con utilizar el teléfono para encargar espumas cortadas con láser. Sigue siendo caro, pero es muy práctico.
En los últimos años, muchas startups han creado prendas de vestir (principalmente camisetas y chalecos) que corrigen la postura. ¿Cómo funcionan? Estas prendas incorporan bandas adhesivas o elásticas que estimulan ciertos grupos musculares y hacen que las malas posturas sean ligeramente incómodas. Otra de estas soluciones innovadoras consiste en el uso de sensores de postura que transmiten una vibración tan pronto como se detecta una mala postura. ¡No hay duda de que estos dispositivos tienen su lugar en el taller!