Debido al aumento de la frecuencia de las catástrofes naturales, las empresas deben disponer del equipo de protección contra incendios necesario para garantizar la seguridad de las personas. Este equipo cubre riesgos tales como incendios, pero también sequías e inundaciones. Haz balance de tu equipo y sigue los consejos que te ofrecemos en nuestra guía especial.
Los empresarios son responsables de la salud y la seguridad de todos sus empleados. Deben establecer una cultura de seguridad en el lugar de trabajo, que implica informar a los equipos de los riesgos y ofrecerles formación en el uso de los equipos de seguridad. Las políticas de seguridad en el lugar de trabajo se basan en la evaluación de riesgos, seguida de medidas para controlar esos riesgos en la máxima medida posible.
Cuando los riesgos persisten, se utilizan equipos de seguridad:
Por último, más allá de las medidas para eliminar riesgos, las políticas en materia de calidad de vida en el trabajo pretenden mejorar la salud mental y física de los empleados.
Según un informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIECC), las temperaturas de la superficie terrestre han aumentado 1,1 °C desde el período preindustrial. Se espera que el aumento llegue a 1,5 °C para la década de 2030.
El mismo informe señala que, a consecuencia del cambio climático, se prevé que el número de catástrofes climáticas siga aumentando. Por tanto, es esencial que la sociedad en su conjunto se prepare para las catástrofes climáticas, como los incendios forestales causados por la sequía y las olas de calor o por las inundaciones.
En el caso concreto de riesgo de incendio, las medidas implantadas deben ir encaminadas a cumplir tres objetivos:
En caso de incendio, se pueden tomar medidas durante los dos primeros minutos. Durante este período, el incendio se considera controlable. Se puede tratar de extinguir utilizando equipos de seguridad contra incendios, como extintores, mantas ignífugas o arena.
Si el incendio persiste más de tres minutos, entonces es necesario proceder a evacuar las instalaciones. Las personas presentes en el lugar son alertadas por el detector de humos y se les pide que evacuen las instalaciones siguiendo las indicaciones de las señales de seguridad proporcionadas a tal efecto. Debe avisarse simultáneamente a los servicios de emergencia externos, que intervienen para extinguir el incendio y rescatar a las personas que están en peligro.
A la hora de seleccionar tu equipo de protección contra incendios, empieza con dispositivos que permitan controlar rápidamente las llamas. Los extintores son los primeros dispositivos que deben utilizarse para combatir el incendio. Permiten una acción rápida y sin intervención externa, siempre que sea un extintor adecuado y reciba un buen mantenimiento. Los detectores de humo son un complemento excelente, ya que lanzan la alarma durante un incendio o una fuga de gas, para provocar una respuesta más rápida.
Las instalaciones de la empresa deben contar con extintores para garantizar una respuesta rápida en caso de incendio. Estos extintores deben llevar el marcado CE, que demuestra que han superado las pruebas de riesgo de presión necesarias antes de su comercialización.
Los profesionales también deben saber que los extintores tienen un período de validez y que deben someterse a inspecciones periódicas. La frecuencia de estas inspecciones depende del tipo de extintor.
Existen cuatro tipos de extintores:
Los extintores no deben dejarse en el suelo para impedir que se oxiden o reciban golpes (con carretillas, por ejemplo). Por tanto, es necesario comprar soportes o armarios para mantener los extintores en alto. Por último, deben ser fácilmente accesibles y visibles.
La instalación de detectores de humo en las instalaciones de la empresa no es obligatoria en todos los países de la Unión Europea. Sin embargo, este tipo de equipo de seguridad contra incendios mejora la reactividad al lanzar la alarma rápidamente en caso de incendio.
Existen varios tipos de detectores de humo. Los detectores de humo autónomos deben llevar el marcado CE y cumplir la norma EN 14604. Esta norma europea certifica que el producto de protección contra incendios cumple la normativa de seguridad.
Los detectores de monóxido de carbono también deben tener la certificación CE y cumplir la norma EN 50291, otra norma europea que establece los umbrales para lanzar la alarma, en función del nivel de concentración de monóxido de carbono.
Por último, existen detectores combinados, que ofrecen ambas funciones: detección de incendios y detección de monóxido de carbono.
Las empresas pueden elegir entre una amplia variedad de otros equipos y accesorios de protección contra incendios para implantar una política eficaz en materia de prevención de riesgos.
La iluminación de emergencia y las señales de seguridad tienen por objeto informar de las normas de evacuación, señalando salidas de emergencia y puntos de reunión.
Las mangueras para incendios se utilizan durante la intervención de los bomberos. Estas dos categorías cumplen las normas europeas en materia de prevención de incendios.
Las mantas ignífugas son aptas para incendios pequeños. Basta con colocarlas sobre las llamas para extinguirlas.
Los detectores de humo suelen estar conectados al sistema de alarma general de la empresa. Todos los edificios públicos deben estar equipados con detectores de humo.
Los areneros se utilizan para almacenar arena en previsión de que un derrame de petróleo pueda inflamarse. Esta arena se esparce por el suelo en el que hay petróleo para absorberlo y evitar que prenda. La arena también puede esparcirse directamente sobre un incendio mientras se espera la llegada de los servicios de emergencia. Este tipo de arenero debe instalarse en una zona de riesgo y equiparse con una pala.
Las puertas cortafuegos se cierran automáticamente en caso de incendio para prevenir su propagación. Deben acompañarse de abrazaderas electromagnéticas diseñadas para mantenerlas cerradas. Las puertas cortafuegos cumplen la norma europea EN 1634-1. La legislación también exige almacenar de forma segura los productos peligrosos. Los armarios de seguridad cumplen este requisito. Estos armarios están equipados con sistemas de cierre y sellado automáticos cuando se detecta un incendio en las inmediaciones.
Por último, las cajas antiincendio son muy útiles para combatir los incendios. Su sistema impide que el aire entre, de modo que el contenido no prende.
La ropa de trabajo retardante de las llamas se clasifica de acuerdo con dos normas. La ropa de protección contra las llamas o con propagación limitada de llama está regulada por la norma internacional ISO 14116, que ofrece protección contra contactos breves y ocasionales con llamas pequeñas.
La ropa de protección contra el calor y las llamas está regulada por la norma internacional EN ISO 11612. Tal y como su nombre indica, estas prendas de ropa protegen contra riesgos como el calor y las llamas. Protegen a los usuarios del calor radiante y de las salpicaduras de metal fundido. La ropa para soldadores y la ropa de protección contra incendios forestales entra dentro de esta categoría.
Ha de tenerse en cuenta que estas prendas de ropa no protegen totalmente contra los incendios, sino que tienen un efecto retardante. Su objetivo es proporcionar protección en un entorno que presenta riesgos relacionados con las quemaduras.
Para prevenir la escasez de agua a causa de la sequía, las empresas pueden equiparse con tanques de retención de agua. Este tipo de contenedor permite la reutilización del agua de lluvia recogida para regar espacios verdes, por ejemplo.
Los tubos de prevención de inundaciones se utilizan para bloquear las crecidas de agua. Se sitúan frente a las puertas para absorber el agua y evitar que entre en las instalaciones. Estos equipos se instalan rápidamente y son muy duraderos. Algunos son reutilizables y se presentan en distintas longitudes y capacidades de absorción.
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