La gestión de residuos de las empresas se ha vuelto esencial en el contexto actual de transición hacia una economía más respetuosa con el medioambiente para luchar contra el cambio climático. Ya sea para reducir los residuos que produces, preservar el medioambiente y adoptar un enfoque sostenible, cumplir con las normativas o impulsar el desarrollo económico de la empresa, es imposible pasar por alto el control de residuos. Ahora bien, ¿cómo puedes implantar y garantizar una gestión de residuos adecuada dentro de tu empresa?
De conformidad con la Directiva 2008/98/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de noviembre de 2008 se define como residuo «cualquier sustancia u objeto del cual su poseedor se desprenda o tenga la intención o la obligación de desprenderse».
Esta legislación clasifica los residuos según una jerarquía («prevención, reutilización, reciclado, otro tipo de valorización, eliminación») que sirve de base a las empresas para elaborar su política de gestión de residuos.
Por lo tanto, deben comprometerse a gestionar sus residuos «sin crear riesgos para el agua, el aire o el suelo, ni para la fauna y la flora, sin provocar incomodidades por el ruido o los olores, o sin atentar contra los paisajes y los lugares de especial interés». Una gestión eficiente de los residuos es crucial para reducir el impacto sobre el medioambiente y garantizar un futuro sostenible para el planeta. Todos los sectores deben cumplir con esta normativa (restaurantes, oficinas privadas, obras de construcción, establecimientos públicos, tiendas, etc.).
La directiva también estipula que las empresas deben «realizar el tratamiento de los residuos por sí mismas o encargar su realización a una entidad oficialmente reconocida». También es responsabilidad de las organizaciones clasificar los residuos que generan según su naturaleza (residuos reciclables, residuos generales, residuos alimenticios y de cocina, residuos clínicos, residuos peligrosos, etc.).
Ya sea que ellos mismos se encarguen del tratamiento o deleguen esta tarea a otro proveedor, los materiales deben procesarse dentro de la red adecuada y los envíos deben registrarse.
Estas medidas se aplican a todo tipo de residuos: tanto los generados por las actividades del personal como los producidos in situ durante la fabricación.
La gestión de los residuos de las empresas, también conocidos como «residuos de actividades económicas» (WEA, por sus siglas en inglés), no se limita a instalar contenedores de reciclaje de residuos secos mixtos en los locales comerciales para su eliminación, también abarca una gama mucho más amplia de actividades que van desde la producción de residuos hasta su tratamiento final. Las empresas no son responsables de todas estas acciones, pero al gestionar de forma adecuada sus residuos generales y alimenticios, contribuyen al buen funcionamiento del proceso en general.
La cadena de gestión de residuos de las empresas incluye:
Una vez transformados, los residuos pueden recuperarse sobre todo de dos maneras. Esta valorización puede implicar la recuperación de energía o de materiales. En el primer caso, generará energía (producción de calor o electricidad) a través de un proceso de combustión; en el segundo caso, se convertirá en una nueva materia prima que entrará en el ciclo de la economía circular.
Aunque no sea posible reutilizar un producto al final de su vida útil, los residuos no peligrosos pueden transformarse en nuevos recursos. Así, tras volver a fundirse, los envases de vidrio darán vida a botellas nuevas. Después de procesarlo, el plástico puede utilizarse como materia prima para fabricar ropa. Las hojas de papel y el cartón se transformarán en cajas de Almacenamiento. Hay mil ejemplos.
Es importante señalar que ciertas categorías de residuos no pertenecen al proceso de reciclaje y economía circular, como los residuos peligrosos para la salud humana, por ejemplo.
La cadena de control de residuos está formada por dos eslabones: gestión interna y externa.
La puesta en marcha de un enfoque óptimo para garantizar la gestión de residuos empresariales puede dividirse en cinco fases.
Al hacer balance de la situación de una empresa, es importante plantearse una serie de preguntas sobre los residuos que genera:
Clarisse Chang, analista sénior de RSE en EcoVadis[1], señala: «Puede ser muy interesante compararte con otras empresas de tu sector para determinar tu rendimiento relativo y perfeccionar tus objetivos».
Una vez analizada la situación, se puede implantar una política de gestión de residuos.
El plan de acción consta de varias categorías que pueden abordar las siguientes cuestiones:
Teniendo en cuenta que, para el medioambiente, el mejor residuo es el que no producimos, la empresa debe reflexionar sobre una estrategia cuya puesta en marcha le permita minimizar su impacto en la medida de lo posible.
Dependiendo de las necesidades de la empresa, un proveedor de servicios externo puede prestar mejor los servicios adecuados. Para tomar la decisión correcta, es importante hacer algunas preguntas, entre ellas:
Los costes relacionados con la gestión de residuos de la empresa no solo se refieren a las tarifas del proveedor de servicios externo. También hay que tener en cuenta:
El precio varía en función de los servicios de gestión de residuos necesarios. Por tanto, la empresa deberá controlar su presupuesto en función del servicio que necesite.
Se han identificado las necesidades, se ha elegido el proveedor de servicios, se ha asignado el presupuesto… ¡Hora de pasar a la acción! Tras definir la política de procesamiento de residuos, firmar el contrato con el proveedor de servicios seleccionado y comprar los contenedores de clasificación, esta información aún debe estar clara dentro de la empresa.
Para que se ponga en práctica de forma adecuada, todo el mundo debe conocer los detalles de la estrategia de gestión de residuos de la empresa. Esto supone la necesidad de formar al personal en materia de medioambiente y salud en relación con la producción de residuos.
Como señaló el director de producción de una empresa de componentes electrónicos, la formación de los equipos respecto a una mejora en la gestión diaria de los residuos «les ha permitido aumentar su tasa de reciclaje en un 15 % en solo un año».
Para lograrlo, se pueden llevar a cabo muchas acciones. Inspirándonos en el ejemplo de Capgemini, los niveles de concienciación pueden aumentar a través de:
Una intervención externa y neutral, como el sistema de puntuación EcoVadis, puede ayudar a transmitir el mensaje dentro de la empresa, como señala Clarisse Chang:
«[Como esta] puntuación es externa, ofrece una perspectiva neutral que resulta útil para la comunicación interna y para movilizar al personal en torno al proceso de reducción de residuos».
Se recomienda recurrir a proveedores de servicios especializados en la eliminación y el reciclaje de residuos de las empresas. Estas empresas están autorizadas a recoger, clasificar, procesar y reciclar diversos tipos de residuos generados por actividades profesionales, de conformidad con la normativa vigente.
Las empresas pueden ponerse en contacto con organizaciones como las ecologistas, que se encargan de la recogida y el reciclaje de determinadas categorías de productos al final de su vida útil, o con empresas especializadas en la gestión de residuos industriales. Estos proveedores de servicios pueden ser:
Es importante elegir una empresa de gestión de residuos que garantice el tratamiento de los residuos de conformidad con la normativa medioambiental y la legislación vigente, favoreciendo, cuando sea posible, el reciclaje y la recuperación de los residuos.
La implantación de una política de gestión sostenible de residuos también implica la participación de los proveedores en este enfoque.
Por tanto, la función de compras debe asegurarse de que sus proveedores cumplan las normas medioambientales. Ambos deben trabajar codo con codo para ofrecer mejoras graduales y nuevas soluciones para combatir la contaminación y los residuos.
La gestión de residuos empresariales es un círculo virtuoso, como explica Clarisse Chang:
«Tienes derecho a pedir a tus proveedores que actúen de la misma manera, ya que su puntuación [EcoVadis] afecta a la tuya, así como a la de tus clientes. […] La gestión de residuos es, por tanto, un proceso sinérgico que genera un círculo virtuoso entre las empresas».
Además, una empresa que decide evaluar su rendimiento en materia de desarrollo sostenible es valorada, entre otros aspectos, por su política de compras. Si todavía no lo hacías, a partir de ahora favorecerás a los proveedores sostenibles, porque su huella medioambiental repercute necesariamente en la de tu empresa.
Es una verdadera colaboración que se teje entre clientes y proveedores. Lo que antes era una simple transacción se ha transformado ahora en un trabajo en equipo en el que cada parte desempeña un papel importante. Uno cuestiona al otro, las propuestas de uno dan lugar a nuevas ideas del otro: ¿Qué materiales deberían priorizarse? ¿Existe la posibilidad de recuperar energía? Etc.
Como dice el proverbio: «Solo, vas rápido. Juntos, llegamos más lejos».
Para desarrollar una política de compras sostenible, descarga nuestro libro blanco «Gestión de residuos en las empresas».
[1] Servicio de evaluación y puntuación del grado de RSE y desarrollo sostenible de las empresas a escala internacional