El consumo de energía es una de las principales preocupaciones de las empresas, no solo para reducir costes, sino también para minimizar su huella medioambiental. Un aspecto de este consumo que a menudo se pasa por alto son los dispositivos en modo reposo. También llamado “modo ahorro de energía”, el standby o modo reposo es una función que permite a un dispositivo consumir menos energía cuando no se está usando. Sin embargo, aunque el consumo de energía se reduce, nunca deja de consumir del todo. Esto significa que, incluso por las noches o los fines de semana, las empresas siguen consumiendo energía. Para conseguir un mejor ahorro, deben afrontar este reto con decisión.
A veces llamado “consumo fantasma”, el consumo de energía en reposo hace referencia a la energía utilizada por los dispositivos electrónicos cuando están apagados o en reposo. Puede parecer sorprendente, pero incluso estando apagado, si un dispositivo está enchufado sigue consumiendo electricidad, lo que provoca un derroche de energía.
Sin embargo, no todas las máquinas consumen la misma cantidad de electricidad en modo reposo. Los ordenadores, las impresoras e incluso algunos tipos de luces son los que más energía consumen. Estos aparatos pueden consumir una gran cantidad de electricidad incluso cuando no se utilizan.
Además, algunos equipos no solo consumen electricidad cuando están en reposo. También generan calor, lo que puede aumentar la necesidad de ventilar o encender el aire acondicionado en la habitación donde están ubicados, añadiendo así un coste extra a la factura de la luz.
Ante este problema, los fabricantes han diseñado nuevos modelos más ecológicos que consumen menos que sus versiones anteriores.
El primer paso para gestionar el consumo energético de una empresa es identificar qué aparatos siguen consumiendo energía cuando no se utilizan y determinar su consumo eléctrico.
El consumo de energía en modo reposo de un aparato puede medirse con un vatímetro, un instrumento que mide la potencia eléctrica en vatios. Es muy fácil de usar: solo hay que enchufarlo a una toma de corriente y, a continuación, conectar el aparato que quieras medir al vatímetro. Esto permite ver en tiempo real cuánta energía consume el aparato cuando está en reposo.
Para calcular el consumo diario de energía en reposo de un dispositivo, multiplica el resultado del vatímetro por el número de horas al día que está en reposo. Para conocer el consumo anual, multiplica el resultado por el número de días del año.
Por último, para determinar el coste anual del consumo de energía en reposo, las empresas deben multiplicar su consumo anual en kilovatios hora (kWh) por el coste medio nacional por kWh. Midiendo el consumo exacto de los equipos en reposo, podrán establecer un plan concreto de ahorro de energía y costes. Esta solución contribuye no solo a aumentar su eficiencia desde el punto de vista energético, sino también a preservar el medio ambiente.
Existen varias estrategias para reducir el consumo de energía de los aparatos en reposo y aumentar el ahorro.
Algo tan simple como apagar un enchufe múltiple puede evitar el consumo de energía en modo reposo de varios dispositivos a la vez. Esto es más que útil en oficinas donde se agrupan varias máquinas. De este modo, ningún equipo quedará en el olvido.
Es casi imposible no tener ningún aparato en reposo en un entorno de trabajo, pero es esencial saber cuáles son los aparatos que tienen más impacto en el consumo de energía para saber qué hay que desenchufar al acabar el día.
Para evitar los consumos de energía “fantasma”, los ordenadores, impresoras, escáneres y demás equipos deben apagarse al final de la jornada laboral y, si es posible, desenchufarse por completo. No hay que olvidar los cargadores de portátiles, que también se pueden desenchufar una vez que la batería está completamente cargada.
Las empresas que tienen cocina y aparatos como microondas, cafeteras y hervidores pueden seguir consumiendo electricidad incluso en modo reposo. Por ello, es fundamental desenchufar estos aparatos al terminar la jornada para ahorrar energía y reducir las facturas.
Las pantallas de televisión y los sistemas de presentación de las salas de reuniones también consumen electricidad en reposo; por tanto, cuando no se utilicen, deben desenchufarse.
Una mayor concienciación del personal puede reducir de manera significativa el consumo energético de una empresa. Para conseguirlo, se pueden organizar talleres o sesiones de formación para mostrar a los empleados cómo ahorrar energía y los beneficios asociados a esta medida.
Del mismo modo, la empresa puede implantar una política de apagado de equipos por la que todos los dispositivos electrónicos deben estar completamente apagados e incluso desenchufados al final de la jornada laboral. Crear una rutina entre los empleados garantiza que esta tarea no se olvide.
Por último, los cargadores consumen energía incluso cuando no se utilizan. Por tanto, es esencial recordar a los equipos que desenchufar los cargadores de sus teléfonos puede ayudar a reducir el consumo de energía de la empresa.
Al renovar los equipos, opta por productos ecológicos diseñados para ahorrar energía. Estos aparatos sostenibles consumen menos en reposo, lo que puede suponer un importante ahorro a largo plazo para las empresas.
Estas estrategias favorecen el ahorro energético de las empresas y la promoción de su compromiso ecológico. También es crucial comprobar con frecuencia el consumo de energía para garantizar la eficacia de las acciones.
El consumo de energía en reposo de un solo aparato puede parecer insignificante. Sin embargo, cuando se tiene en cuenta toda la empresa, puede tener graves consecuencias, no solo en el presupuesto, sino también en su huella de carbono. Todo consumo de electricidad implica cierta cantidad de gases de efecto invernadero expulsados a la atmósfera debido a la producción de energía a partir de fuentes fósiles.
Esto significa que, al reducir el consumo de energía de los dispositivos en modo reposo, las empresas ahorran en su factura energética mientras reducen su impacto medioambiental; es decir, el esfuerzo por minimizar el consumo de energía en reposo tiene doble beneficio: económico y medioambiental.
Por tanto, es esencial que las empresas tomen conciencia de este consumo fantasma de energía e implanten las medidas necesarias para reducirlo.
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