En verano, cuando las temperaturas empiezan a subir, las instalaciones de las empresas pueden convertirse rápidamente en un auténtico horno. Paredes acristaladas que reflejan el sol, una alta densidad de personas, aparatos eléctricos que generan calor… todos ellos son factores que a menudo obligan a adquirir soluciones de control de la temperatura cuando no basta con equipos básicos para enfriar las estancias. Los ventiladores y aparatos de aire acondicionado son los principales dispositivos que permiten a los equipos trabajar en condiciones tolerables durante horas y horas. ¿Cómo funcionan? Ventilador o aire acondicionado: Descubre qué equipo elegir cuando hace calor.
Proteger a los trabajadores del calor es obligatorio según la normativa laboral vigente y solo es posible con el equipo adecuado. Para elegir correctamente entre un ventilador y un aire acondicionado, primero es necesario conocer las características de cada uno de estos aparatos, sus ventajas y sus inconvenientes.
Los ventiladores producen una corriente de aire cuando remueven el aire ambiente mientras funcionan. Generan una sensación de frescura en una zona específica. Sin embargo, no generan aire frío y no bajan la temperatura de la estancia ni refrescan o mejoran la calidad del aire.
Los ventiladores tienen numerosas opciones que los convierten en dispositivos ergonómicos que se pueden adaptar a distintos usos. La mayoría de los ventiladores suelen tener las características siguientes:
Como los hay de distintos tamaños, los ventiladores se pueden utilizar para generar corrientes de aire por toda la sala que se desea enfriar gracias a sus mecanismos pivotantes. También existe la opción de uso individual en función de la sensación de calor de cada persona.
Como son relativamente económicos, es posible aumentar las fuentes de aire fresco dentro de las instalaciones y equipar a todos los empleados con uno para optimizar la comodidad individual de cada uno y, en última instancia, la productividad general.
Algunos de los ventiladores más caros tienen otras funciones más avanzadas, como mando a distancia, encendido automático a partir de una temperatura determinada o función de alarma. Los ventiladores sin aspas también se pueden utilizar como purificadores de aire.
Existen ventiladores de distintas formas:
Cuando hace demasiado calor, los aparatos de aire acondicionado enfrían las estancias y lo hacen inmediatamente después de activar el aparato. Esto reduce la temperatura de la estancia en varios grados y hace que se sienta más fresca.
Los acondicionadores de aire también tienen una función de renovación del aire, porque aspiran el aire caliente del espacio y lo sustituyen por un flujo de aire más frío a través de un compresor. Hacen que los locales sean mucho más confortables gracias a una función de control automática de la temperatura de refrigeración, que permite a los usuarios establecer una temperatura específica.
Los aparatos de aire acondicionado pueden ser fijos (montados en la pared, a menudo con un sistema de calefacción reversible). También hay aparatos de aire acondicionado portátiles (llamados «monobloque» para espacios pequeños o «split» para espacios grandes).
Los climatizadores monobloque portátiles están diseñados para un uso ocasional y se pueden mover fácilmente con ruedas. El aire caliente se expulsa a través de un conducto que se debe introducir por el hueco de una ventana.
En cambio, los acondicionadores de aire portátiles split están divididos en dos partes conectadas por un conducto. Una de las dos partes (el condensador) se encuentra en el exterior y sirve para evacuar el aire caliente. Los modelos split son más potentes que los monobloque y más silenciosos, ya que el motor está situado fuera de la habitación.
Las ventajas de los aires acondicionados son numerosas: Son más potentes, por lo que hacen que las estancias sean más cómodas. Por otro lado, consumen mucha energía y suelen ser ruidosos.
Si lo anterior no es suficiente para ayudarte a elegir entre un ventilador o un aire acondicionado, aquí tienes los principales criterios que debes tener en cuenta a la hora de elegir el producto adecuado para equipar de la mejor forma posible las instalaciones de tu empresa para una ola de calor.
Lo principal es no esperar a que llegue una ola de calor para equipar las instalaciones, tanto si optas por un aparato de aire acondicionado como por un ventilador. Lo mejor es planificar las compras desde la primavera, para evitar las roturas de stock que se suelen producir en verano. Analiza las necesidades para estar preparado en el momento oportuno.
Otro buen consejo es no descuidar el mantenimiento de los aparatos existentes: una vez más, anticípate y programa una revisión técnica anual para asegurarte de que funcionan correctamente antes de que llegue el calor.
Aunque las diferencias han sido menos notables en los últimos años, la temperatura media exterior suele ser más alta en el sur de Europa que en el norte y las olas de calor son más frecuentes en el sur. En consecuencia, instalar aire acondicionado es más apropiado en las regiones más cálidas. Las empresas situadas en zonas templadas que solo están expuestas a altas temperaturas durante los meses de verano pueden tener suficiente con ventiladores.
Otras opciones de refrigeración incluyen la instalación de dispensadores de agua cerca de la zona de comedor o de los lavabos.
La potencia necesaria depende del tamaño y la distribución de las instalaciones. Si quieres equipar una superficie grande (una oficina diáfana, por ejemplo), debes optar por un climatizador fijo o split. Su potencia varía de 1500 W a 4000 W de energía, mientras que la mayoría de los ventiladores tienen una potencia media de 50 W de energía.
Como puede enfriar a muchos empleados a la vez, la inversión en aire acondicionado, a pesar del mayor coste inicial, se amortiza pronto en términos de comodidad y productividad. Para superficies de entre 10 m² y 60 m², basta con un solo aparato de aire acondicionado para enfriar el aire de forma significativa.
Por último, si las instalaciones están organizadas en multitud de espacios pequeños (oficinas privadas, por ejemplo), es mejor optar por un ventilador, dada la cantidad de equipos que hay que comprar. El calor generado será menor debido a la menor densidad de personas y al hecho de que no hay tantos aparatos eléctricos.
Ten también en cuenta que muchas personas son sensibles al aire acondicionado y no soportan una temperatura demasiado distinta de la del exterior. En ese caso, utiliza ventiladores personales o ventilación natural en las horas más calurosas del día.
Si tienes que equipar muchas salas, no cabe duda de que comprar aparatos de aire acondicionado te va a salir caro, especialmente porque también tendrás que incluir el mantenimiento de esos aparatos en el presupuesto. Requieren una inspección técnica anual (para aparatos que contengan más de 2 kg de refrigerante), así como el mantenimiento de los filtros y el vaciado de los cartuchos. Los aparatos de aire acondicionado también consumen mucha energía. Se trata de gastos adicionales que es necesario incluir en el presupuesto de electricidad y evaluar en función de la eficiencia y el efecto de refrigeración esperado.
No obstante, la inversión en equipos de aire acondicionado se puede compensar con la posibilidad de obtener ayudas públicas en algunos países, condicionadas a la mejora de la eficiencia energética de los edificios.
Si tus equipos llevan a cabo un trabajo que requiere la máxima concentración y energía, el nivel de ruido de los climatizadores móviles monobloque (a menudo superior a 59 decibelios) puede afectar a su concentración. Un ventilador, un aire acondicionado split o un aire acondicionado fijo, todos ellos menos ruidosos, son más adecuados. Sin embargo, algunos aparatos de aire acondicionado disponen de un modo «nocturno» o «dormir» que reduce la contaminación acústica a unos 20 decibelios.
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