Una estrategia de RSE unida a una política de compras sostenibles obliga a prestar atención al equipamiento profesional de la empresa. Los productos verdes, ya sea con etiqueta ambiental o ecológica, y ya sea con materiales reciclados o incluso de segunda mano, son cada vez más numerosos, hasta el punto de que ya es posible equipar toda la tienda o local comercial con ellos para reducir la huella ambiental.
Los productos ecológicos tienen un impacto reducido en el medio ambiente a lo largo de su ciclo de vida (diseño, transporte, uso y recuperación cuando se convierten en residuos). Su diseño puede estar certificado por una etiqueta medioambiental o ecológica reconocida a nivel nacional, europeo o internacional. Organismos independientes comprueban regularmente el cumplimiento de los criterios ecológicos y de rendimiento de estos productos.
Para tus compras sostenibles, elige primero proveedores comprometidos que cumplan con las normas ISO 26.000 y ISO 14,001 . Entonces, la primera palanca de acción para desarrollar una estrategia de compra responsable alineada con tu política de RSE es favorecer los productos etiquetados. Por ejemplo, la Etiqueta Ecológica Europea facilita la identificación de productos con un impacto limitado en el medio ambiente. Se puede colocar en una amplia categoría de productos: desde artículos de papelería hasta pintura, pasando por mobiliario de oficina ecológico o productos de higiene, como paños de algodón. Comprueba la presencia de esta etiqueta en el envase o en la ficha del producto, ¡y ya puedes hacer tu pedido con los ojos cerrados!
Los avances en materia de reciclaje son tales que actualmente existe una gama casi infinita de productos reciclados. Ya sean de plástico, papel, vidrio, cartón o metal, todos ellos responderán perfectamente a tus expectativas, combinando robustez, estética y facilidad de uso. Puedes utilizarlos en todos tus espacios de trabajo.
En los almacenes, una vez envueltos en papel kraft reciclado, plástico de burbujas reciclado o cajas de cartón reciclado, los paquetes pueden transportarse en carros, palés y en contenedores de plástico, todos ellos también reciclados.
Los productos reciclados también pueden utilizarse en espacios de oficina. Tanto en una casa como en una empresa, las carpetas y separadores, los portalápices, las resmas de papel, los sujetalibros, los revisteros, los tubos de correo, los archivadores de cartas, los cuadernos, los sobres, las tijeras y las grapadoras son elementos de oficina que pueden reciclarse.
Tampoco hay que olvidar las zonas de descanso, ya que hay bancos, asientos de recepción e incluso mesas de picnic muy cómodas hechas de plástico reciclado.
Y, por supuesto, para fomentar el reciclaje de tus propios residuos, debes equipar tus espacios de trabajo con contenedores de clasificación. Además, como los productos ecológicos están diseñados pensando en la economía circular, puedes reciclar sus envases y el propio equipo al final de su ciclo de vida.
¿Cómo saber si los envases son reciclables? La Möbius Strip es el punto de referencia: es una de las más conocidas en Europa. Acompañada de un número, indica el porcentaje de material reciclado utilizado para producir el envase. Las flechas garantizan que el artículo puede ser reciclado.
La certificación TÜV, por su parte, etiqueta los productos biodegradables y naturales según su categoría. Incluso el metal puede reciclarse: el logotipo de la organización Metal Packaging Europe es una forma de identificar este tipo de envases. Asimismo, el símbolo “Alu” rodeado de dos flechas se coloca en los productos que contienen aluminio reciclable. Al elegir envases ecológicos, contribuyes a una política coherente de RSE.
Si quieres ir más allá en la reducción de residuos, favorece los artículos de segunda vida. Hoy en día, en el marco de un enfoque ecológico y económico a largo plazo, la compra de productos reacondicionados va en aumento. Favorecer el mercado de segunda mano es un gesto sostenible y su integración en tu política ecológica merece una seria reflexión.
La energía es otra palanca de actuación, sobre la que se pueden tomar medidas en el marco de una estrategia responsable. De hecho, es posible ahorrar energía sin tener que racionarla. Esto se puede conseguir con sistemas de iluminación y bombillas LED. No sólo tienen un rendimiento récord en términos de bajo consumo, sino que además tienen una vida útil especialmente larga.
La energía solar también es un valioso aliado. Las lámparas de carga solar o las linternas LED alimentadas por energía solar pueden iluminar los espacios exteriores sin malgastar ni aumentar innecesariamente sus costes fijos de electricidad.
También es posible utilizar kits solares y estaciones de carga USB equipadas con paneles solares para cargar tus ordenadores, smartphones y tabletas. Para el resto de equipos electrónicos, las pilas recicladas y recargables son, por supuesto, imprescindibles.
Por último, los kits de medición general de la electricidad, las lecturas de la temperatura ambiente o los kits de medición del agua te ayudan a controlar en todo momento el consumo de agua, electricidad y calefacción de tus instalaciones.
Durante este periodo epidémico, pero también en épocas normales, es esencial crear las máximas condiciones higiénicas en tus instalaciones. Esto implica, en particular, la puesta en marcha de una limpieza responsable, que implica:
Es posible limpiar limitando el impacto medioambiental y social. Detergentes desincrustantes para instalaciones sanitarias, limpiadores desengrasantes para cocinas industriales, limpiadores multiusos, limpiadores alcalinos para suelos, etc. Asegúrate de que los productos que utilizas tienen una etiqueta ecológica, una fórmula concentrada o un símbolo de peligro.
Además, proporciona a tus equipos de limpieza carros de plástico reciclado, con soportes para bolsas de basura reciclables.
En cuanto a la limpieza, hay muchos equipos fabricados con material reciclado. Por ejemplo, cada vez hay más aspiradoras de uso industrial con un diseño ecológico. Estos modelos innovadores suelen tener una bolsa de polvo de papel reciclado y un depósito de plástico reciclado, o bien reducen el consumo de electricidad.
El uso de la madera sigue siendo muy habitual en todos los equipos profesionales. Desde los muebles de oficina ecológicos hasta las estanterías, pasando por los palés, los bancos de bambú y las mesas de reuniones, hay que asegurarse de que todos estén certificados.
Cuando se compran este tipo de productos, surge la cuestión de la deforestación y su impacto en el planeta. Para seguir utilizando este robusto material respetando el ambiente, opta por productos con las etiquetas FSC (Forest Stewardship Council) o PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification Schemes). Estas certificaciones internacionales permiten garantizar que la madera utilizada en la fabricación de los productos procede de un bosque gestionado de forma sostenible, al tiempo que imponen al operador ciertas restricciones específicas, como:
Comprar un producto cuya madera procede de un bosque gestionado de forma sostenible no significa necesariamente que sea ecológico. Por tanto, cuando compres, comprueba la presencia de etiquetas nacionales o europeas que garanticen que el producto está diseñado de forma responsable.
Normas nacionales como la NF en Francia o la GS en Alemania certifican la producción de equipos respetuosos con el medio ambiente. Así, los muebles de oficina ecológicos pueden estar fabricados con materiales robustos mientras su fabricación sigue técnicas que reducen la cantidad de materia prima necesaria. La presencia de una etiqueta medioambiental o ecológica. Por último, debes saber que, siguiendo la lógica de la economía circular, tus residuos de madera pueden ser reciclados. Además, algunas fábricas utilizan los “residuos” producidos durante la fabricación de los muebles, como las astillas de madera, para alimentar tus salas de calderas.