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¿Cómo conciliar la RSE, las compras responsables y el cumplimiento de la normativa?

¿Cómo conciliar la RSE, las compras responsables y el cumplimiento de la normativa?
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El cumplimiento, compliance o el respeto por ciertos estándares, es una herramienta valiosa para desarrollar y evaluar las políticas de compra responsable. Por otro lado, es importante tener cuidado de no caer en la trampa del conformismo, ya que un enfoque demasiado procedimental podría perjudicar la gestión global del rendimiento de la empresa y la calidad de la relación con los proveedores.

Desde 2007, el barómetro de compra responsable de EcoVadis mide, cada dos años, la evolución de las prácticas de compra responsable de los grandes grupos internacionales. En su edición de 2019, titulada «Del cumplimiento al rendimiento», el barómetro subraya la creciente importancia que los departamentos de compras de todo el mundo conceden al cumplimiento de la normativa. De hecho, el 66% de las empresas encuestadas en el marco de este estudio considera «muy importante» el cumplimiento de la normativa en este ámbito, lo que supone un verdadero salto en comparación con la anterior encuesta realizada en 2017, en la que solo el 27% de las empresas lo consideraba un tema importante.

Normativa sobre RSE y compra responsable

Cabe decir que, en los últimos diez años, la normativa dedicada a las compras responsables se ha ampliado considerablemente. Recordemos, por ejemplo, que, desde 2014, una Directiva europea exige a las empresas que cotizan en bolsa, así como a algunas que no lo hacen, que informen sobre el estado de sus acciones de RSE. Este marco restrictivo tiene el efecto de animar a los grandes inversores internacionales a favorecer a las empresas que demuestren la mayor transparencia en este ámbito. A través de un efecto bola de nieve, anima a los departamentos de compras a prestar más atención a las etiquetas de RSE de sus proveedores, como el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, la europea Ecolabel o la norma ISO 26000RSE.

Cumplimiento y compras responsables

A pesar de estos avances, el barómetro de EcoVadis pone de manifiesto que el 39% de los proveedores sigue lamentando que la política de RSE de sus clientes aún no se haya traducido lo suficiente en medidas concretas. Les critican, en particular, por refugiarse en un enfoque procedimental, que a veces va en detrimento de la calidad de su colaboración. Con todo, los departamentos de compras disponen de varias herramientas para hacer de su política de compras responsables una verdadera ventaja competitiva, así como de una herramienta de gestión del riesgo de proveedores eficaz. De hecho, según el informe de EcoVadis, las empresas con una política de compras más avanzada consiguen:

  • Una mejora general de sus principales indicadores de compra;
  • Un mejor control de la gestión de riesgos;
  • Un impacto positivo en su calificación extrafinanciera;
  • Un aumento de las ventas vinculado a una mejor reputación y a la adecuación a las exigencias éticas, sociales y medioambientales de sus clientes.

Compras responsables y norma ISO

En 2017 se creó una norma ISO específicamente para ayudar a las empresas a aprovechar al máximo las ventajas de una política de compras responsable. Esta norma, la IS0 20400, se basa en los siguientes 15 criterios de evaluación:

  1. Alineación de la política y la estrategia de compras responsables de la organización con los objetivos de RSE establecidos por la dirección;
  2. Gestión de riesgos y oportunidades para establecer prioridades;
  3. Prevención de la corrupción;
  4. Profesionalización de la función y el proceso de compras;
  5. Gestión de las relaciones con los proveedores y desarrollo de la mediación;
  6. Reacciones y escucha activa de la voz de los proveedores;
  7. Patrimonio financiero respecto a los proveedores;
  8. Promoción de relaciones duraderas y equilibradas;
  9. Igualdad de trato entre proveedores y subcontratistas;
  10. Elaboración de una estrategia de abastecimiento responsable;
  11. Integración de los requisitos de la RSE en las especificaciones;
  12. Integración de los resultados de RSE de proveedores y subcontratistas;
  13. Evaluación de todos los costes del ciclo de vida;
  14. Contribución al desarrollo de la región;
  15. Apoyo a la consolidación de los sectores y al despliegue internacional;

Medidas de cumplimiento que deben aplicarse

Algunos países, como Francia, han optado por apoyar la norma ISO 20400 concediendo una etiqueta de «Relaciones con proveedores y compras responsables». En caso de que este tipo de etiqueta no exista en los distintos países en los que operan sus equipos de compras, nada le impide aplicar las siguientes buenas prácticas:

  • Identificar y priorizar los factores de motivación a favor de la implementación de compras responsables.
  • Trazar un mapa de los riesgos asociados a las compras responsables y evaluarlos con un enfoque social.
  • Garantizar que los proveedores y subcontratistas cumplen las normas de prevención de la corrupción.
  • Reevaluar las políticas de remuneración de los compradores en función de criterios de RSE.
  • Anticipar el impacto de la RSE en las políticas de compra de las fuentes de suministro y en las especificaciones de los productos y servicios.
  • Formar a todos los equipos de compras en materia de RSE y compras responsables.
  • Garantizar que los proveedores y subcontratistas cumplan con las obligaciones de RSE.
  • Mejorar la definición del rendimiento de las compras al incluir la vertiente RSE.
  • Definir los criterios de RSE en las especificaciones de los productos y servicios presentados a una licitación.
  • Evaluar la conformidad de la cadena de suministro con los criterios de responsabilidad social.

Todas estas acciones pueden estar bajo la supervisión de un Chief Compliance Officer (CCO). El papel del CCO, muy multidisciplinar, consiste en establecer un sistema eficaz de control interno asociado a la gestión del riesgo operacional para garantizar constantemente el fortalecimiento de la integridad de las empresas.

Compras sostenibles y etiquetado de productos

Por último, para cumplir con los objetivos medioambientales y climáticos que la acompañan, una política de compras sostenibles implica, obviamente, dar prioridad a los productos que se benefician del etiquetado medioambiental. Además de la etiqueta europea Ecolabel mencionada anteriormente, existen:

  • El FSC(Forest Stewardship Council), que certifica que la madera utilizada para fabricar un producto procede de un bosque responsable;
  • El PEFC (Programa para el Reconocimiento de la Certificación Forestal), que también pretende certificar que la madera utilizada en la fabricación de productos procede de una gestión forestal sostenible;
  • La banda de Möbius, que es el logotipo universal de todos los materiales reciclables desde 1970;
  • La Oeko-tex, una etiqueta ecológica y sanitaria aplicada a los productos textiles y las pieles;

Blaueur Engel, que es la etiqueta ecológica más antigua del mundo desde su creación en Alemania en 1977.

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