En muchos sentidos, los datos, combinados con la inteligencia artificial (IA), son la condición para la llegada a gran escala de la cadena de suministro ecológica. El objetivo de ello es, por supuesto, aspirar a la neutralidad de carbono en la cadena de suministro lo antes posible, sin comprometer el rendimiento. Según un estudio realizado por Capgemini en agosto de 2020[1], el 85% de las empresas cree que es posible combinar la reducción de gastos con la protección del medio ambiente. Se trata de una prioridad estratégica, ya que, según el mismo estudio, el 79% de los consumidores tiene ahora en cuenta el impacto medioambiental de sus compras. Al mismo tiempo, el 78% de los consumidores considera que la transición medioambiental constituye un impulso esencial para la innovación.
Esto es especialmente cierto en el sector de la cadena de suministro. Ahorrar combustible y energía, reducir los residuos, ahorrar tiempo y aumentar la eficacia es posible gracias a la recogida y tratamiento de datos en tiempo real. Las tecnologías digitales convergen hacia el mismo objetivo: aumentar la resistencia y el rendimiento de la cadena de suministro, minimizando al mismo tiempo su huella de carbono.
De hecho, según el estudio mencionado anteriormente, casi el 80% de las empresas tiene previsto invertir en tecnologías digitales para acelerar su transición medioambiental. Prevén esta inversión de la siguiente manera:
De este modo, la transición medioambiental y la digital van de la mano. Están en la misma hoja de ruta y cumplen los mismos objetivos de rendimiento operativo y medioambiental, con vistas a reducir los costes.
El transporte por carretera constituye un ejemplo convincente a este respecto. La recogida de datos en tiempo real proporciona una gran cantidad de información sobre el modo de conducción adoptado por los conductores y, por tanto, sobre el consumo de combustible. Dependiendo de si se conduce con nerviosismo o no, el nivel de combustible consumido no es el mismo. El análisis de los datos, por lo tanto, permite concienciar a los conductores de la necesidad de conducir de una manera que consuma menos energía y, en consecuencia, genere menos emisiones de CO2. La ventaja es triple:
Los datos también contribuyen a reducir los plazos de entrega, gracias a la mayor eficacia de las rutas y la carga y, por tanto, a la reducción de los plazos de entrega. El análisis del tráfico en tiempo real permite elegir siempre la ruta más fluida y reducir el número de cambios de rumbo. Se calcula que estas herramientas reducirían las distancias recorridas en un 16% y aumentarían la tasa de entrega a tiempo a una media del 98%.
La llegada del 5G constituirá por fin un verdadero salto adelante en la contribución de los datos a la logística. Asociado a los objetos conectados a Internet y a la computación en la nube, y con la contribución de la IA, reforzará la visibilidad en toda la cadena de suministro. La automatización resultante permitirá aumentar la capacidad y optimizar aún más la gestión de las existencias, las operaciones de picking [x1] y el transporte de mercancías. [f2] Esta optimización general de la cadena de suministro también promoverá la aparición de una cadena de suministro ecológica a gran escala, en la que la automatización solo tendrá sentido si sirve para proteger el medio ambiente y el clima. Por último, los grandes líderes de la cadena de suministro del mañana serán aquellos capaces de digitalizar y transformar los datos en un activo estratégico y hacer que todas sus actividades sean más beneficiosas y menos perjudiciales para el medio ambiente.
[1] Cómo la sostenibilidad está cambiando fundamentalmente las preferencias de los consumidores, Capgemini, agosto de 2020