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Buenas prácticas de embalaje para una logística más ecológica

Buenas prácticas de embalaje para una logística más ecológica
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Como consecuencia de los efectos de la pandemia Covid-19 y el crecimiento del comercio electrónico, la función logística se ha convertido en un importante eje estratégico de desarrollo empresarial. Esto acentúa el impacto potencial de la logística en el medio ambiente y el clima. Ante estos retos, los embalajes están a la vanguardia de la creación de una cadena de suministro ecológica cada vez más sostenible.

Junto con el diseño inicial del producto, las condiciones de producción y las condiciones de transporte, el embalaje es una de las 4 principales palancas principales para que toda la cadena logística sea cada vez más ecológica y resistente. En un entorno económico que se ve más afectado que nunca por el auge del comercio electrónico, el embalaje aparece, por tanto, como un elemento fundamental de la cadena de suministro ecológica.

Reducir el tamaño de los embalajes

Según un estudio realizado por DS Smith en 2019, el 60% de los paquetes de comercio electrónico contendrían al menos un 25% de artículos vacíos. Por lo tanto, un camión de reparto, aunque esté completamente cargado, también puede llevar… ¡un 25% de su carga vacía! Eso supone un 25% de viajes y rotaciones innecesarias, lo que se traduce en un consumo de energía y una huella de dióxido de carbono altamente elevada. El transporte de cargas vacías provoca la emisión de 122 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, lo que equivale a las emisiones totales de un país como Bélgica. Es necesario un esfuerzo de racionalización en este ámbito, sobre todo porque el 73% de los consumidores europeos se declara sensible a que los productos comprados online se entreguen en paquetes adaptados al tamaño del producto.

Reducir el tamaño de los embalajes tiene muchos efectos favorables. No sólo aumenta la tasa de llenado de los camiones, sino que también limita el uso de materias primas utilizadas tanto para el envasado como para el embalaje de los productos dentro del paquete. Por no hablar de que el coste del transporte, a menudo establecido en función de la relación peso/volumen, disminuye en consecuencia. En definitiva, esta precaución en la fase de embalaje evita arrastrar toda la cadena logística a una serie de desperdicios contraproducentes. Las cajas con cuñas integradas, diseñadas para limitar el vaciado de los paquetes, suelen ser suficientes para evitar estos problemas.

Dar preferencia a los paquetes reutilizables

Con el auge del comercio electrónico, también se ha desarrollado el fenómeno de las devoluciones de paquetes, sobre todo en los sectores de la moda y la confección. En 2018, la mayoría de los países europeos tuvieron una tasa de retorno de entre el 40% y el 50%, con Polonia: 32% y Alemania: 53% en los extremos. En el año 2021, como consecuencia del confinamiento impuesto por la pandemia del covid-19, es muy probable que estos índices hayan seguido aumentando. Dada la importancia del fenómeno, el uso de envases reutilizables es evidente. No sólo facilitan la vida de los consumidores, sino que, sobre todo, evitan el desperdicio y limitan la producción de residuos de envases.

Elegir materiales eco-responsables

El 52% de los consumidores europeos afirma que ahora prefiere comprar productos empaquetados en un embalaje ecológico. Lo más importante para ellos es que los empaquetados estén hechos con materiales naturales y renovables. Por tanto, el factor eco-responsable es más importante que la practicidad del envase. Debe ser fácil de abrir y cerrar, pero sobre todo debe ser bueno para el planeta. El 52% de los europeos ya ha cambiado de marca o de producto tras comprobar que los envases que utilizaban no eran reciclables, o que eran demasiado voluminosos o incluso superfluos. También existe una fuerte expectativa en este ámbito, ya que el 77% de los europeos afirma estar dispuesto a pagar más por envases más ecorresponsables.

En este sentido, los europeos se decantan por los envases de papel y cartón que identifican como biodegradables, ya que se puede compostar en casa y són también más fáciles de reciclar y mejores para el medio ambiente. Cabe señalar que la tasa de reciclado de los envases de papel y cartón es en realidad en Europa. El 70% de los consumidores europeos también afirman estar trabajando activamente para reducir su uso de envases de plástico, con una tasa de reciclado que no supera el 42%. Los plásticos, en cambio, suelen ofrecer condiciones óptimas de transporte y protección. Aunque todavía hay margen de mejora en el ámbito de los envases de plástico, ya existen soluciones. Por ejemplo, se pueden utilizar partículas de estiba biodegradables hechas de poliestireno reciclado o film de embalaje estirable fabricado con un 50% de materias primas procedentes de la caña de azúcar.

Por último, no hay que olvidar la madera, muy utilizada para los palés de transporte. Se dará cuenta rápidamente de que los palés de madera reciclados son tan operativos como los demás. Todas estas buenas prácticas se basan en una vigilancia y una política de compras orientada a las preocupaciones medioambientales y a la preocupación por hacer que la logística sea cada vez más ecológica, en línea con la política de RSC de las empresas.

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