Aunque la contención provocada por la crisis del Covid-19 sacudió la cadena de suministro, también puso de manifiesto su gran resistencia. Ahora se pueden extraer varias lecciones para garantizar la continuidad de las cadenas de suministro en cualquier circunstancia.
A pesar de las dificultades a las que se enfrentaron durante la primavera de 2020, las cadenas de suministro siguieron funcionando. Sin embargo, se enfrentaban a dos crisis simultáneas: “una crisis de suministro y una crisis de distribución”. Sin embargo, gracias a su capacidad de reacción, varios centros de distribución pudieron permanecer abiertos, lo que a menudo fue una hazaña dado el contexto de ansiedad y un volumen de actividad totalmente imprevisible”, afirma Grégoire Koudrine, director de la Cadena de Suministro del Grupo Manutan.
Es cierto que la cadena de suministro ha demostrado su capacidad de respuesta. Sin embargo, la crisis sanitaria de Covid-19 ha demostrado la fragilidad de las cadenas de suministro globalizadas. Hasta el punto de situar su resistencia en el centro de los nuevos retos a los que se enfrentan hoy todos los directores de logística y jefes de almacén. Por tanto, el pensamiento post-Covid tendrá que centrarse en nuevas prioridades: ¿cómo hacer que las cadenas de suministro sean más resistentes y sostenibles al mismo tiempo?
A nivel estratégico, parece esencial “reducir la dependencia de las cadenas de suministro de China”. Para ello, será inevitable revisar los planes maestros y los flujos de mercancías asociados”, subraya Grégoire Koudrine. Una de las respuestas que se podrían aportar a la dependencia de China pasa por reorientar las cadenas de suministro hacia mercados más locales, dando protagonismo a la economía circular y a los circuitos cortos. Desde este punto de vista, y no es la menor de sus ventajas, la búsqueda de resiliencia en las cadenas de suministro puede convertirse en una poderosa palanca de acción a favor de las políticas de RSE de las empresas.
También es probable que la transparencia se convierta en un factor importante para la resistencia de la cadena de suministro. No sólo porque la transparencia aporta una mejor visibilidad a toda la cadena de valor, sino también porque refuerza cada eslabón de la cadena de suministro. Por ejemplo, exigirá a los fabricantes que den a las relaciones con sus proveedores una dimensión más colaborativa, al tiempo que anima a estos últimos a dar ejemplo. Como señala Grégoire Koudrine, en el futuro será importante “conseguir que las distintas partes implicadas hablen entre sí para establecer y definir colectivamente las hipótesis de volumen de negocio, de ventas y, por tanto, de suministro. Sólo una visión transversal y compartida puede permitirnos tomar las decisiones más racionales posibles.
El espíritu de colaboración y consulta que inspira a los actores actuales de la cadena de suministro también aporta más visibilidad. Anima a establecer un mapa de riesgos más preciso, sobre todo en lo que respecta a los riesgos de los proveedores. Al estar mejor informadas, las empresas también son más capaces de prevenir los riesgos de desabastecimiento. Pueden tomar las decisiones correctas para asignar los suministros, gestionar los inventarios y los flujos de caja, y evitar posibles pérdidas en el mercado. Esta mayor visibilidad puede lograrse mediante:
Por definición, y a pesar de todas las precauciones tomadas, la vida en la economía sigue siendo imprevisible. Para hacer frente a esto, la agilidad y la flexibilidad de las cadenas de suministro serán factores importantes de resistencia.
Más que nunca, en el contexto tan cambiante que estamos viviendo, la cadena de suministro debe ser capaz de anticiparse a las nuevas necesidades y adaptarse a ellas en cuanto surjan. “La agilidad de las estructuras logísticas debe permitir, por ejemplo, modificar la organización de los almacenes en un tiempo récord”, explica Grégoire Koudrine. Por ejemplo, ante las rupturas de la cadena provocadas por el encierro, Manutan no dudó en llamar a sus equipos administrativos, a sus equipos de ventas o a sus equipos que antes se encargaban de las llamadas entrantes, para cambiarlas por las salientes. Esta iniciativa ha permitido mantener un vínculo permanente con los clientes y proporcionarles toda la seguridad que necesitan en relación con sus pedidos. Otro ejemplo: a medida que se generaliza el teletrabajo, ¿Por qué no ofrecer la entrega nativa de los pedidos realizados por los empleados que teletrabajan en casa en lugar de en su oficina?
En un mundo de profundos cambios, es mejor centrarse en el futuro que en el pasado. En eso consiste la cadena de suministro basada en cero (ZBSC). Se basa en el principio de la creatividad, es decir, en un reexamen de las prácticas actuales, en particular en un reajuste constante de los costes de referencia. En un contexto de gran incertidumbre, es probable que la estructura de costes logísticos dé una nueva importancia a los costes variables en lugar de a los fijos. En este sentido, puede ser conveniente desplegar una política de inversión centrada en el tratamiento de datos y la digitalización de la cadena logística. Su objetivo no será tanto diseñar la cadena de suministro en torno a una estrategia de reducción de costes como fomentar la búsqueda permanente de creación de valor y la aparición de nuevas ideas. Cada imprevisto puede analizarse de inmediato y encontrar sin demora una solución adaptada a la situación, ya sea probada o nueva. Sin duda, así es como se puede lograr plenamente la resiliencia.