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Envasado para la seguridad alimentaria

Envasado para la seguridad alimentaria
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Los alimentarios envasados facilitan su transporte y su almacenamiento, así como la información y el marketing en torno al producto. Sin embargo, su función principal sigue siendo garantizar a los consumidores que los alimentos son conservados en perfectas condiciones higiénicas. Centrarse en la seguridad alimentaria de los envases.

Los alimentos pueden ser secos, húmedos, dulces, salados, grasos, frescos o congelados. Para garantizar su conservación y consumo en las mejores condiciones posibles, el envasado de los alimentos debe cumplir una serie de requisitos adaptados a cada producto.

Los requisitos para el envasado de alimentos

Evidentemente, las condiciones de conservación no son las mismas para los productos frescos que para los congelados. Los alimentos que se consumen in situ no son envasados de la misma manera que los productos que se almacenan en un frigorífico. En todos los casos, el envase debe proteger los alimentos de su entorno exterior, garantizar su perfecto estado de conservación y mantener sus cualidades gustativas y nutricionales. En resumen, para ofrecer un buen nivel de seguridad sanitaria, los envases alimentarios deben tener en cuenta los siguientes criterios:

  • El tipo y la naturaleza de los alimentos.
  • La temperatura de conservación.
  • La duración del contacto entre el alimento y su envase.
  • Condiciones normales y previsibles de uso.

La seguridad de los envases es una preocupación creciente para los europeos

Según un estudio sobre seguridad alimentaria realizado en 2014 por Friend of Glass, una organización de la Federación Europea de Envases de Vidrio: FEVE, el 84% de los consumidores europeos teme que la composición de los envases alimentarios represente un peligro para su salud. En 2020, ante la crisis sanitaria mundial, podemos apostar que esta tasa ha seguido aumentando.

Más allá del contexto sanitario, el envase de los alimentos debe proteger a los consumidores contra tres riesgos principales:

SORCIÓN

La sorción corresponde a la absorción por parte del material elegido para el envase de los compuestos del alimento que contiene. La sorción conduce a una degradación de las cualidades nutricionales y organolépticas del alimento, pero también a una degradación del propio envase.

LA PERMEABILIDAD

La sorción conduce a la permeabilidad. Una vez alterado el envase, es más probable que las sustancias volátiles entren en contacto con los alimentos y, por tanto, los contaminen.

MIGRACIÓN

La migración favorece la transferencia de los componentes del material utilizado dentro del alimento.

Además, aumenta la posibilidad de aparición de compuestos neoformado. Sin estar inicialmente presentes en el material utilizado para el envasado son el resultado de reacciones químicas entre las moléculas del envase y el alimento. Por último, está el efecto cóctel que es el resultado de la posible interacción entre varias moléculas.

Los diferentes tipos de envases alimentarios

Para protegerse de estos riesgos, cualquier material de envasado debe ser inerte para los alimentos. Este principio de inercia afecta sistemáticamente al envase primario que está en contacto directo con el alimento.

Según FEVE, el 85% de los europeos considera que el vidrio es el envase más sano y neutral. Ya sea vidrio, madera, cartón, plástico o metal, cada material tiene sus ventajas e inconvenientes. El vidrio está hecho de materiales naturales: arena, carbonato de sodio y piedra caliza. Es perfectamente hermético, conserva las vitaminas y los minerales contenidos en los alimentos y no está sujeto a ninguna migración. Por otro lado, su transparencia obliga a mantener los alimentos envasados alejados de las fuentes de luz y calor. Otra desventaja es que se necesita mucha energía para reciclar.

Los envases de plástico, en cambio, son más propensos a la migración, pero están menos sujetos a los efectos de los cambios de temperatura. También se adaptan perfectamente al almacenamiento en frío. Los plásticos PE-HD – polietileno de alta densidad, PE-LD – polietileno de baja densidad y PP – polipropileno se utilizan ampliamente para conservar productos lácteos y congelados.

La madera, el cartón y el hierro también tienen sus ventajas e inconvenientes. En general, hay que señalar que los envases alimentarios tienden ahora a ser más naturales y reciclables, pero también… más inteligentes.

Envasado inteligente de alimentos

Ante la creciente preocupación de los europeos por la seguridad alimentaria, la innovación en el envasado de alimentos es ahora abundante: envases conectados, interactivos, inteligentes y con tasas de retorno optimizadas. El envase es más que nunca el aliado de la seguridad alimentaria. Por ejemplo, ¿sabías que ahora es posible instalar sensores en los envases de la carne para garantizar su perfecta consumición?

Otros tipos de envases también ayudan a mantener los alimentos frescos y a prolongar su vida útil. El acondicionamiento del aire en el interior del envase ralentiza los procesos de degradación bioquímica. También permite contener el desarrollo de microorganismos y controlar las fluctuaciones de aire para evitar la oxidación de los alimentos y prolongar su vida útil.

Una directiva europea [1] distingue entre estos nuevos tipos de envases, según informan al consumidor- denominados envases inteligentes, o tengan un efecto de conservación de los alimentos: envases activos. Por ejemplo, las etiquetas de frescura que informan al consumidor de posibles cambios de temperatura entran en la categoría de envases activos. Por el contrario, los códigos QR o los chips adheridos en los envases y que permiten al consumidor ir a un espacio virtual dedicado a ello, forman parte del concepto de envase inteligente. Algunas marcas de bebidas alcohólicas, por ejemplo, insertan un chip RFID en el tapón de la botella que, conectado a una aplicación de smartphone, permite al consumidor comprobar la autenticidad del producto, su fecha de embotellado y sus condiciones de almacenamiento.

También se ha avanzado en los envases secundarios y terciarios, que se utilizan para transportar y almacenar productos. Los chips RFID en los cartones de los envases facilitan el seguimiento de los alimentos y contribuyen a la seguridad de toda la cadena alimentaria.

1] Directiva 1935/2004/CE de 27 de octubre de 2004

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